Pedro Porras, sacerdote jesuita nacido en Ambato, Ecuador, en 1915, es reconocido como el padre de la arqueología ecuatoriana. A pesar de no tener formación formal en arqueología, su pasión por la historia lo llevó a realizar investigaciones pioneras en todo el país, incluyendo la selva amazónica.
En 1978, Porras descubrió el sitio ceremonial de Guapula (también conocido como Huapula) en el Valle del Upano, una región que alberga una compleja red de plataformas, caminos y canales construidos hace aproximadamente 2.500 años. Este hallazgo fue el resultado de años de trabajo de campo arduo y dedicación.

A lo largo de seis años, lideró 15 excavaciones en la zona, acumulando más de 29.000 horas de trabajo arqueológico. Sus investigaciones culminaron en la publicación de su libro “Investigaciones Arqueológicas a las Faldas del Sangay” en 1987, donde documentó detalladamente la cultura del Valle del Upano.
En enero de 2024, un artículo en la revista Science sobre el uso de tecnología LIDAR en la región atrajo atención internacional, describiendo el área como “la red urbana más grande conocida en la Amazonía”. Sin embargo, muchos expertos ecuatorianos señalaron que estos descubrimientos ya habían sido documentados por Porras décadas antes.

Pedro Porras no solo fue un investigador incansable, sino también un educador comprometido. En 1964, fue nombrado profesor de arqueología en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), donde estableció un centro de investigación arqueológica. Su legado perdura en la arqueología ecuatoriana y en la comprensión de las antiguas civilizaciones amazónicas