2004 y 2020, dos tristes antecedentes para los pepineros
El 24 de mayo de 2025 es la fecha marcada a fuego para el CD Leganés. Tras una campaña llena de dificultades, los de Borja Jiménez llegan con opciones reales de conseguir una permanencia que parecía imposible. Dos triunfos clave ante Espanyol y Las Palmas en las últimas tres fechas han insuflado esperanza en Butarque. Pero para lograrlo, el Lega necesita ganar… y esperar otros resultados.
El descenso de 2004 ante el Córdoba
La historia se repite. En 2004, cuando el club militaba en Segunda División, el Leganés afrontó la última jornada con opciones de mantenerse. Tras vencer al Algeciras y caer ante el Recreativo de Huelva, los pepineros se lo jugaban todo ante el Córdoba en Butarque. En medio de una crisis institucional, el equipo cayó por la mínima y descendió a Segunda B. Mientras tanto, Ciudad de Murcia y Ejido ganaban sus partidos, condenando al Lega pese a haber llegado vivo a la última jornada.
El drama de 2020 frente al Real Madrid
Más reciente es el cruel recuerdo de 2020, una temporada marcada por la pandemia de COVID-19. Sin público en las gradas, el Leganés de Javier Aguirre protagonizó una remontada épica en las últimas fechas, sumando 10 puntos de 12 posibles. En la jornada final, enfrentó al Real Madrid ya campeón, mientras el Celta se medía al Espanyol ya descendido. A pesar de los goles de Bryan Gil y Assalé, y de un polémico penalti no sancionado por mano de Jovic, el empate condenó al Lega al descenso. El dolor fue mayúsculo.

2025: ¿será la vencida?
Ahora, en 2025, el Leganés vuelve a soñar con el milagro. A pesar de contar con una plantilla corta y haber tenido un mercado invernal lleno de dudas, Borja Jiménez ha logrado que el equipo siga con vida. La victoria es obligatoria ante un Real Valladolid que encadena 11 derrotas consecutivas, pero no depende solo de eso. La situación recuerda a Cornellà, pero esta vez Espanyol es rival de otro equipo involucrado. Las Palmas, por su parte, ya está descendido.
El Leganés no puede hacer más que ganar y esperar. La esperanza está intacta. Y la afición, fiel como siempre, volverá a llenar Butarque con la ilusión de que esta vez, la historia tenga un final distinto.